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Catégorie : ESQUISSES
Croatia
Variaciones sobre una meditación
Piedras
Route
Nord Perdu
Con la lengua a fuego lento comienza la ebullición. Nostra raíz permite escuchar de primer jalón una idea general pero, no es un jaque mate, tiene su revés, pues la evidencia no es tal cuando la lengua intenta su primer movida. Es como si no corriera a la misma velocidad lo que está en el exterior, que lo que te habita. Justo como si el emisor exógeno se quedará con la partida mostrando a plena piel el juego, y dicha evidencia te ocupa a tal grado que no permite ir creando estrategia interna, y así casi en la obscuridad llega la señora desesperación sin invitación alguna y, se sienta a tomar el té. Entonces sí las caricaturas llegaron para quedarse.
Eso, al oído se entiende harto. Más cuando se han decidido a abrir la boca, es esa increíble evidencia que da la sensación a los hispanoparlantes de entender italiano o portugués; y a un francófono creer que en automático hablará español, esa inmediata evidencia por compartir el romance de nuestras lenguas, ni es tan inmediata ni tan evidente y justo esto no permite el esfuerzo necesario de desgajar la estructura de la lengua para construir el camino de letritas que caminan de adentro hacia fuera.
Entre balbuceos trato de ser paciente con mi bebé y cabecita de pibita que están en un cuerpo y cerebro de jermu, de enfrentar juntas la vergüenza y el ridículo, de bancarnos la rabia, de bailar el son y compartir las risas, igual hasta el más virgen de los ánimos no se salva de los choques internos que tienen el esplendor de la brutalidad en las discusiones académicas, pues una no se deja caer tan gozosa en reduccionismos, y entonces cual comercial gabacho aparece la salvación trasnacional, la liana inglesa, pero paso avante ignorando cualquier tarzanería, aunque sí, de vez en vez caigo en una red de circo centroamericano, pero nada que un acento CNN no pueda perdonar.
En el cotidiano el riesgo es más lindo, no tener elementos típicos para expresarse a pleno puede lengüetearse con más disfrute.
Años de esfuerzos diciendo que sólo quería hablar lo necesario, hacía retiros anuales, “los viajes del silencio”, y en el alboroto de la vida, más corriente que común venía ya esforzando por callar a lengua suelta, deseaba escuchar, cerrar los labios y entregarme en otros movimientos. Por fin, sin tocar el timbre la simpleza me topa. Puerta abierta a la sencillez de expresar lo necesario-gustable en el cotidiano, de hablar desde otros órganos.
La marginación de la lengua
En la estación del subte de Montebello, una niña con cara tan árabe que parecía mexicana, como diría al revés el Roncagliolo, quizá aprendía a gritar o quizá tarareaba en su lengua.
La niña cantora se pone en cuclillas frente a un hombre como si estuviera viendo un maniquí, quien sabe qué tan añejo es, la cara de la gente que sobrevive el día a día no es tanteable, no sale fácil calcular los años, sólo guardan en los pliegues el eco del clima al que están expuestos, esa piel a medio morir a medio vivir se tinta. Gotitas carmín se desplazan por las rugocidades de su entrecejo, grafiteando distintos laberintos, y la niña sin asomo de parpadeo se pica la nariz como Lolita en plena masturbación, caen los guardias de seguridad, gritan; los liliputenses se apartan, pero la escultura en rojo se mantiene a dos pies y los oficiales a capela van en decibeles hasta el susurro, lo único que pasa es que el barro rojo comienza a cuartearse. Una mujer se acerca al indigente, quizá para ayudarlo, quizá para abrazarlo, quizá para matarlo, no importa, los guardias la detienen con tal torpeza que casi le arrancan el niqab, el alboroto se derrite. Los uniformados empiezan a ponerse los guantes para desalojarlo, por fin el vagabundo responde, abre la boca y escupe los litros de sangre que le quedan dentro. Es todo lo que tenía que decir, es todo lo que tenía. Que despreciaba este mundo, que vomitaba su vida, que se vaciaba en los vivos. Y la niña, hecha Lola, ahogó su sordera en otro aparador que televisaba a Banksy.
diez del diez de diez
ventanas, vacío, volada, planta, espacio, blanco, lienzo, pantalla A bierta
TE QUIERO DIJISTE
cambiar de coordenadas origina un eco que viene en suspiro y habita como fuerte latido, corta igual meridianos que pertenencias; de dónde se es, a qué pertenecemos?
María Grever fue una compositora mexicana que vino a estudiar a Francia nada menos que con Debussy, aunque el origen de su nacimiento está borroso, me gustaría quedarnos con la idea de que su madre mexicana viajaba en barco a España para reencontrarse con su esposo sevillano y María Joaquina de la Portilla Torres ahí en plenas aguas nació, pero sería una descortesía para los historiadores que afirman nació en León, Guanajuato o, en Jalisco, lo que sí sí es que nació en territorio mexicano, la madre lo era, y esa es el agua mera merengues, no? ¿De dónde se es más, que del cuerpo y territorio de la madre?
María también pico la dirección de orquesta pero una vez que se casó en Nueva York con León Grever se dedicó a componer música de concierto sobre todo para películas, dicen que llega a pleno cuando el actor y tenor José Mojica oriundo de San Gabriel Jalisco canta su “Júrame“, 16 años antes de que tomara la decisión de ordenarse como sacerdote, la sorpresa toca al mismísimo Agustín Lara quien al saber que se convertía en fraile franciscano le compone “Solamente una vez“, pero no es por Fray que no me guste, si José Francisco de Guadalupe Mojica es un motivo más que agradecerle a la Revolución Mexicana pues sus deseos de estudiar en la Escuela Nacional de Agricultura se truncaron por el estallido de 1910 y lo alinearon al Conservatorio Nacional de Música. Pero si de interpretaciones se trata, la diferencia empieza; seguro Inés quien me arrullaba con dientes de perla escogería la de Plácido Domingo, pero yo me quedo con un paquete netamente mexicano, prefiero a Fernando de la Mora. La muñequita linda, composición de María Grever, tiene labios de rubí con Fernando de la Mora aunque varios opinen que el tenor va de bajada, aunque adelanten al también mexicano Rolando Villazón, prefiero los graves de la Mora. En realidad yo me quedo con tu te quiero, Inés. Y viendo en ámbar la canción de cuna me repregunto si se es de donde se vivió la infancia, o se es de donde escupe la brisa cotidiana. ¿De dónde somos?
La Grever murió en Nueva York, pero tuvo una petición, que sus restos terminarán en la Ciudad de México … de dónde se es? ¿De donde se quiere ser al final de la historia? ¿De donde no se pudo vivir, de donde se quiso siempre hasta morir?